Una de las primeras recetas en la que usé ingredientes nuevos que me hicieron salir de mi zona de confort fue la de trufas que encontré por instagram en la cuenta de @como.come.leon. Al encontrarme con esta receta encontré miles de beneficios: era fácil, rápida, reemplazando una clásica receta, una actividad viable para hacer con los chicos, y, sobre todo, con productos que conocía. Cuando empecé este camino de transformación en la alimentación y en el consumo en general, me encontraba con productos muy desconocidos y recetas imposibles por la cantidad de cosas que no tenía idea ni que existían. Además, muchas de las recetas y productos eran (y algunos aún lo son) radicalmente distintos al consumo que veníamos teniendo como familia.

En esta receta encontré ese intermedio que me vino bárbaro para arrancar especialmente con mis hijos. La hice primero sola y les di de probar como si fueran las típicas trufas de galletitas o vainillas y la comieron como si nada. También probé de llevar los ingredientes ya listos a una juntada en lo de mis amigos Fito y Luli para hacer con los chicos y poder comer algo más sano a la hora del té y fue un éxito también.

Pero esta receta no queda acá… uno sigue transformando y trasnformándose… Con el tiempo fui experimentando y me di cuenta que es muy versátil. La podés usar en varios formatos: trufa, un bombón si la bañas en cacao amargo, puede ser la base de una torta tipo cheescake o havannet, también puede ser para una barrita; podés usar moldes individuales o grandes. Por eso quería dejarte esta vivencia con los ingredientes básicos y vos experimentá y hacé tu propia versión…

Ingredientes:

  • 2 tazas de maní tostado previamente hidratado (hipervículo a entrada de activación de semillas, granos, etc) o cualquier fruto seco
  • 1 taza de pasas de uva previamente activadas (o cualquier fruta disecada como dátiles)
  • ½ taza de coco rallado
  • Opcional: aceite de coco (si falta unir), cacao, canela, mantequilla de maní, avena

Aporte nutricional:

  • Pasas de uva: buena fuente de potasio, calcio, hierro, magnesio, fósforo y selenio, minerales que ayudan al buen funcionamiento de huesos, músculos e impulsos nerviosos y tránsito intestinal. Contienen vitamina B6 y B1 que contribuyen a transformar la comida que ingerimos en energía y a la formación de glóbulos rojos. 
  • Maní: Es una leguminosa con una gran concentración de albúmina y grasa, casi tanta como la carne. Por eso es recomendable para quienes siguen un régimen vegetariano, para los deportistas y para los niños en crecimiento. legumbre rica en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, que ayudan a reducir el colesterol LDL (malo) y aumentan el HDL (bueno); es decir, que es un alimento coardioprotector. rico en potasio y fósforo, que aseguran la recuperación de los músculos tras la práctica deportiva y que el ritmo cardíaco se mantenga constante. En crudo podemos aprovechar su aportación de vitaminas del grupo B, sobre todo ácido fólico, muy recomendable para las mujeres embarazadas. También contiene vitamina E, que cuida las células de la membrana mucosa de la piel. Al tener un índice glucémico muy bajo, las personas diabéticas pueden consumirlo sin problemas. aporte significativo de proteína (un 27%) se le suma el de fibra (en cantidades considerables), lo que favorece la movilidad intestinal y combate el estreñimiento.

Preparación:

  1. Procesar o mixear el fruto seco dejando la textura deseada.
  2. Incorporar las pasas de uva y seguir procesando o mixeando hasta que haga una pasta.
  3. Si es necesario incorporar una cucharadita de aceite de coco.
  4. Aquí puedo tomar varios caminos: incorporar coco rallado a la mezcla o formar las bolitas y pasarlas por coco rallado. Estos últimos dos pasos dependerán de si hidrataste o no los ingredientes ya que los hace más húmedos. También puedo optar por usar la mezcla como base de torta, en ese caso aplasto bien en el molde aceitado.
  5. Llevar a heladera al menos una hora.
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